Volví a mirar el mapa, pero esta vez parada, sin moverme, por si acaso me chocaba con alguien más. No quería ganarme el primer día el mote de torpe, aunque me lo ganase a pulso.
Miré en el folleto que tenía clase de Matemáticas y después lengua. No eran mis asignaturas preferidas, pero que le vamos a hacer. Mientras me dirigía a la primera clase y empezaba mi tortura, se me acercó un chico de pelo rubio, ojos azules, y un poco más alto que yo. Se le veía el tipo chico guapo que se creía, y a veces verdad, que todas las chicas estaban detrás de él. Por suerte, no era mi caso.
- Hola, me llamo Fran, tu eres… ¿Caterina?- habló con tono de flirteo. Que intentaba, ¿ligar conmigo? Lo llevaba claro.
- Catia, Catia García- contesté con cara de pocos amigos.
- ¿Ha que clase vas?- preguntaba haciendo muecas raras.
- Matemáticas, ¿sabes dónde está?- dije con urgencia- , es que a este ritmo llegaré tarde- añadí para que me dejase tranquila.
- Si, lo sé. Si quieres te acompaño. Eres nueva, ¿verdad?
- Gracias. Eh… sí- ¿tanto se me nota? Dije para mí misma y con esperanzas de llegar pronto.
Por el camino, Fran iba gesticulando y hablando mucho, pero yo no le prestaba mucha atención. Iba sumergida en mis pensamientos... en él. Ese chico con quien me choqué en el pasillo. Que doy gracias a mi torpeza por ese encuentro. Pensar en sus ojos verdes claros, color esmeralda, me estremecía el cuerpo pensando tan solo si me mirasen.
- Ya hemos llegado- escuché de repente la voz de Fran sacándome de mis pensamientos.
- Oh, gracias. ¿No entras?- espero que no, dije en mi fuero interno.
- No, yo tengo otra clase aquí al lado- uf, menos mal.
- Ok. Gracias por acompañarme- contesté demasiado rápido.
Entré y estaba la profesora, que acababa de entrar a los pocos minutos antes que yo porque aún tenía el abrigo puesto. Le entregué la ficha y para mi suerte, no me hizo presentarme ni nada, solo me ofreció que buscase un sitio. No me gustaba nada ser el centro de atención y presentándome lo sería, y mucho.
Busqué con la mirada un sitio libre mientras andaba. Solo había una al final del pequeño pasillo de pupitres. Tenía una compañera de clase. Ella estaba al lado de la ventana, a mi izquierda sonriéndome y yo estaba en el lado del pasillo.
- Buenas, ¿eres la nueva?- me preguntó con demasiada alegría.
- Hola. Sí, soy la nueva- dije con desgana. Relacionarme se me daba fatal.
- Soy Vega, encantada- me dio dos besos con fuerza.
- Catia- la dije sonriendo sin saber qué decir.
La cosa quedó ahí. La clase se me pasó lentísima y aburrida. Mientras colocaba mis cosas para guardarlas, Vega me había preguntado cuál era mi segunda clase.
- Lengua.
- A mí también me toca lengua, vamos juntas- lo decía con tanta felicidad que solo le hacía falta dar palmas y saltar, porque la sonrisa ya la tenía en la cara.
Fuimos hasta la otra punta del instituto, o casi. Eran apartados, como secciones. Al final llegamos y vi que solo había dos sitios libres, asique Vega y yo nos sentamos en el mismo sitio que la clase anterior, dándole la ficha antes a la profesora.
Se me pasó un poco rápido esta clase, más que la otra. Será que andaba pensando en el chico de esa mañana.
- Catia, si quieres vente con mis amigos y conmigo al almuerzo.
No debería estar por ahí, sola como una autista, aunque fuese lo que más desearía en estos momentos.
- No quiero molestar- dije dudando un poco.
- No molestas, boba- contestó riéndose.
Al final accedí. Cogí un sándwich mixto y esperaba a que terminara esta mierda de día. Cuando íbamos las dos a sentarnos vi que nos dirigíamos a un grupo de gente y estaba el Fran ese.
- Hola chicos, os presento a Catia- decía Vega con un grito a los que estaban en la mesa. Todos decían “encantada o encantado” menos uno. Quien si no.
- Yo ya la conozco- dijo Fran con una media sonrisa intentando ser seductor, que solo consiguió dar repugnancia.
- Ah, ¿sí?- responde Vega. Se le notaba a leguas que se derretía por este Fran. Por mi… que se quede con él. Vaya gustos.
- Sí, la vi en el pasillo, sabiendo que necesitaría ayuda. Como así fue, la acompañé a la clase de matemáticas- seguía teniendo esa sonrisa, pero ahora más ensanchada sintiéndose triunfante.
Después de esta conversación y de presentarme al resto, me senté y me acordé del chico de la mañana. Iba buscándolo pero no lo encontraba, hasta que me giré sobre mi misma y, detrás de mí, pude verlos a todos. Eran cinco y se veían en pareja, excepto él. Me entró la curiosidad.
- ¿Quiénes son?- pregunté a Vega que estaba a mi derecha y luego me gire a ellos para que supiera a quienes me refería.
- Son los Jaras. Hijos del profesor Carlos y su mujer Elisa, enfermera del colegio - me empezó a susurrar al oído.
-¿Todos?- dije con intriga al pensar que eran parejas.
- No. Los hijos son Jorge, el musculoso de pelo negro. Selene, la morena bajita y… Alex- este último lo dijo con un tono de voz diferente al que usó con el resto- . La chica rubia es Lorena Sanz, que sale con Jorge. Su Primo Javier, el rubio con ojos azules, está saliendo con Selene.
- Y… - dudé un poco en pronunciar su nombre- , ¿Alex?- sentí un escalofrío al nombrarlo.
- Él está solo. Nunca se ha fijado en ninguna de nosotras, o al menos que yo sepa. Nadie es lo bastante buena para él, o eso dicen- creo que lo de nosotras se refería a todas las chicas del instituto. Es guapísimo- , asique no pierdas el tiempo- lo dijo con voz dolida, como si la hubiese rechazado.
- No pensaba hacerlo- dije mirando a mi sándwich y después mirándoles de reojo.
- Solo estuvo con una chica. Fue hace un año. Sin saber por qué, lo dejaron y ella se marchó. Asentí por aquella información de Vega.
El almuerzo me resultó bastante corto. Antes de levantarme me preguntó Vega cual era la siguiente clase, por si nos tocaba juntas otra vez.
- Biología.
- No me toca, que pena- sí, mucha pena, pero peor era otra cosa.
- ¡Yo tengo Biología también, vamos juntos!- dijo Fran entusiasmado.
- Bueno, gracias- contesté dudando. Lo que me faltaba.
- Bueno, que os sea leve las clases- intervino Vega con un tono de resentimiento. Que Fran se pusiese contento por tener la misma clase la ha molestado.
Fuimos por el pasillo y Fran seguía gesticulando como lo hizo la vez anterior. Yo volví a sumirme en mis pensamientos hasta que llegamos a clase. Entré y le di el papel al profesor, que tampoco quería que me presentase. Parece que hoy he tenido buen día en eso, al fin y al cabo.
Me dijo el profesor que buscase un asiento libre, pero vi todo lleno, excepto uno. Me quedé paralizada al ver que el único asiento que había libre, estaba al lado... él, con quien me choqué esta mañana. Espero que no se acuerde de mí por la chica que no miraba por donde va. Fui hacia la mesa, despacio, y él, estaba mirando hacia su mesa, pensando en algo.
:O seguro k hablan!! ya veras ya veras..xD
ResponderEliminarme encanta el capi teQ!^^
este si es mas parecidoo a Crepusculoo, pero de todos modos m encantann kiero leer ya el siguient, buenoo nena te sigo cm en todos tus blog, besitoss tq
ResponderEliminarEspero que no sean vampirillos, jajajajajajaja...
ResponderEliminarEra broma =)) ¿qué va a pasar con Catia y el del tropezón? Porque lo que es Frn la lleva clara. Madre mía no le puede caer peor, pero de esos tipos de encuentros nacen posteriormente muchas relaciones pasionales, jajajajaja. Espero que Fran no sea un "lobisome" como dicen los gallegos... Porque haberlos haylos.... MMMmmmmm ya pica la curiosidad. Besotes de naranja.
nena si k se parece bastante a crepusculo cambialo un poco mas, pero n oesta nada mal :)
ResponderEliminarme encanta :)
besos tQ